lunes, 20 de diciembre de 2010

En defensa de la intolerancia.

En ocasiones la multiculturalidad liberal no ayuda a entender a las demás culturas, por el contrario, puede llegar a separarlas, pues somos tolerantes hasta cierto punto; hasta que encontramos algo que es real y que choca con los principios básicos de nuestra cultura.
 A veces queremos ser tan tolerantes que llegamos incluso a contradecirnos.
El multiculturalista no condena la violacion de los derechos humanos por no imponer sus propias ideas y valores. Esta es un falsa tolerancia que en la actualidad se aprovecha bastante sobre todo en materia ecnonómica. Los empresarios ven injusticias en los contratos y violacion de los derechos sociales, pero con una falsa sonrisa miran hacía otro lado alegando que cada cual tiene sus cotumbres y hay que respetarlas. Esta tolerancia es propia del capitalismo global. Así, bien vale más la intolerancia.
Solo cuando unimos fuerzas con un objetivo comun, cuando luchamos en la misma guerra es cuando comienza la comunicación.

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